En nuestra estadía, decidimos ascender al cerro San Bernardo con el "teleférico". ¡Linda aventura! ¡Qué forma de transpirar, Pablito! Sin embargo, valió la pena porque la vista del valle de Lerma y la capital completa fue impagable. Desde de lo alto se podía ver cada margen de las construcciones y hasta las canchas de fútbol. Incluso las otras montañas parecían pequeñas desde ahí.
Pero para aumentar la aventura decidimos descender a pie más de 1700 escalones, según nos precisaron. Parecieron muchos más. Al llegar abajo no podíamos creer que habíamos descendido de ese imponente monstruo caminando.
Con la intención de recuperarnos, almorzamos en el Parque San Martín (el principal de Salta) y emprendimos camino hacia el cabildo local. Es increíble la forma que está conservado. Es muy parecido al de Buenos Aires, antes de que lo recortaran con dos avenidas.
El calor de esta localidad nos apuró a retornar al camping del balneario y meternos en una de sus piletas.
Recomendación: Un gorrito pa'l sol.
jajaja, son buenisimas las recomendaciones!!!
ResponderEliminarNo se olviden de mascar coca con bica.
ResponderEliminarA ver cuando actualizan el blog por favor. jaja. Abrazo.
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