En cuatro días aprovechamos para lavar ropa y, con la excusa de practicar cómo prender buenos fuegos, nos comimos un par de asaditos. ¡Así no hay panza que baje! Disfrutamos de las aguas termales y aprendimos que las hay de varias clases. También visitamos el Hotel Termas que tiene más de 200 años, y un montón de encantandores jubilados vacacionando en él.
Él penúltimo día en el pueblo nos enteramos que estábamos a metros del dique y no quisimos dejar de pasar. Antes de partir (literalmente) recorrimos tooodo el margen de esta suerte de laguna y tomamos la ruta hacia la parte con más altitud de la provincia, pero ese será otro capítulo más de esta historia.
Recomendación: llevar MÁS off y dejar enfriar un poco las piletas termales antes de meterse.
La loba! por esa zona se juega mucho...nunca entendí el juego,jajja.
ResponderEliminarMe alegro de que estén bien :)
Besulos y abrazos!